La tortilla, ese delicioso elemento fundamental en la cocina mexicana, tiene sus raíces profundamente arraigadas en la historia de Mesoamérica, específicamente con los antiguos aztecas. Vamos a explorar cómo se hacían las tortillas, cómo se consumían, y cómo el arte de hacer tortillas se mantiene vivo en lugares como la taquería Los Chachalacos.
Orígenes Aztecas
Para los aztecas, la tortilla no era solo alimento, era una parte integral de su dieta diaria y cultural. Utilizaban maíz, un grano venerado que consideraban un regalo de los dioses. El proceso comenzaba con el maíz seco, que era cocido con cal para hacer nixtamal, un proceso conocido como nixtamalización. Este tratamiento alcalino no solo hacía que el maíz fuera más fácil de moler, sino que también mejoraba su valor nutricional.
Una vez nixtamalizado, el maíz se molía en un metate (una piedra plana) utilizando una mano de piedra llamada mano de metate. La masa resultante se mezclaba con agua para formar una masa suave, conocida como masa de maíz.
Cocción de la tortilla en el comal
El comal, una plancha de barro sobre fuego directo, era y sigue siendo fundamental en la cocina mexicana. En el comal caliente se coloca una bola de masa, que se aplana con las manos o con una prensa de tortillas (más común en tiempos modernos) para formar la tortilla. Se cocina por ambos lados hasta que se infle ligeramente y aparezcan burbujas en la superficie, indicando que está lista para comer.
Consumo y significado cultural
Las tortillas eran consumidas de diversas formas por los aztecas: como base para otros alimentos, dobladas o enrolladas, y a menudo acompañadas de guisos, frijoles, chiles o carnes. Esta versatilidad y su valor nutritivo las convirtieron en un alimento básico y sustancial en la dieta diaria.
Tradición de la tortilla mexicana en Los Chachalacos
En Los Chachalacos, se mantiene viva la tradición de hacer tortillas recién hechas. Aquí, cada tortilla se prepara con masa fresca y se prensa cuidadosamente asegurando su forma perfecta antes de ser cocinada en el comal, asegurando que cada una sea perfectamente redonda y de grosor uniforme. Luego, estas tortillas se colocan en el comal caliente, donde adquieren ese sabor y textura únicos que solo una tortilla recién hecha puede ofrecer.
Las tortillas en Los Chachalacos no solo son fundamentales para los tacos, son una expresión de la pasión por la auténtica cocina mexicana y un homenaje a las técnicas ancestrales de preparación. Cada bocado es un tributo a la historia y al sabor del maíz, llevando a los comensales en un viaje a través de los sabores y tradiciones de México.
Una tortilla de maíz acompañada de un buen pastor es lo que se obtiene en Los Chachalacos, el mejor taco.
Desde los días de los aztecas hasta Los Chachalacos, la tortilla ha evolucionado y perdurado como pilar de la gastronomía mexicana.
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